PLAYA SONRIENTE
No podré olvidarme de ella y del legado que me dejó, en ese entonces tenia 15 años era flacucho, tímido con problemas en casa; tal vez esas eran las cosas por las cuales me sumergía en el internet; veía una y otra página, además leía por el internet, eso me hacía sentir más cool; creía que los libros eran para nerds, hasta que vi una noticia que decía Sandra Castelly, ecologista radical, es encarcelada por la policía, por haberle arrojado una pedrada a un carro de la policía en la ciudad de Huacho. Seguí investigando acerca de la tal Sandra Castelly, y me fui dando cuenta que tenía una reputación muy fuerte como luchadora social; pensé que sería difícil contactarme con ella, pero en una de las entrevistas que le hicieron dejó su correo electrónico y su teléfono; la empecé a mandar correos, pero ella no contestaba. Estuve así como dos meses, mientras seguía investigando acerca de ella por el internet; según pasaban los días me iba enamorando cada vez mas, una tarde llegando del colegio me dije: ¡No mas! dejo a un lado la timidez y la llamo, cogí el teléfono, marque su número y al rato contesta:
- ¡Alo! habla Sandra Castelly, con quién tengo el gusto.
- Ahhh, ehhh, yo, este, mi nombres es Juan Carlos.
- Hola Juan, en que te puedo ayudar .
- Ahhh, mmm, ehhh, este me gustaría, quiero saber mas de lo que, ehhh, haces ...
- Esta bien, puedes venir a mi departamento hoy a las cinco, es en Avenida Grau 474 departamento dos.
- Ya, ahí estaré. ¿A las cinco me dijo no?
- Si Juan, a las cinco te estaré esperando.
Me puse lo más guapo que pude, y es que ella era muy guapa era alta, delgada, cabello rubio ondeado, ojos azules y su vestimenta hippie le daba un atractivo especial.
Llegué a las cinco al lugar acordado, toque el timbre y salió ella, por primera vez la veía en persona, se veía mucho más guapa; me dijo:
- ¡Tu eres Juan Carlos¡ pensé que eras mucho mayor, ¿Qué edad tienes?
- Tengo 15 años.
- Mira tu, yo tengo 27, dime Juancito, que es lo que quieres saber, pero antes de nada pasa a mi humilde departamento.
Me quedé sorprendido por los adornos autóctonos que tenía, el desorden y la caja de botellas vacías de cerveza que había en la puerta de la cocina, se veía muy relajada, me dijo:
- Siéntate, ahora si dime que es lo que quieres saber de mi.
- Quiero saber porque le tiró una pedrada al carro de la policía y la llevaron a la cárcel, porque algunos hablan bien y otros hablan mal de usted por el internet
- Ayyy niño, te voy a explicar, le tiré una pedrada al carro de la policía, porque ellos salieron de su carro y empezaron a molestar sin razón a unos amigos ecologistas, yo venía de una fiesta estaba ebria, por eso lo hice, no me mandaron a la cárcel solo me hicieron unas preguntas nada mas, siempre exageran, hablan bien los que están de acuerdo con que se dé una reforma en el sistema y la cultura de la sociedad y los que por intereses y no por razones, no están de acuerdo hablan mal.
- A mi me gustaría ayudarla señora Sandra Castelly.
- Ayyy por favor, me haces sentir tía, llamame Sandra, tienes que saber algunas cosas, como que el sistema es ...
Mientras ella me explicaba acerca de la lucha social, yo no podía dejar de mirarla con ansias de besarla, luego que terminó de explicarme, me empezó a peinar, y yo le pregunte:
- ¿Por qué hace eso?
- ¿Hacer qué, peinarte?
- Si, por qué me peina.
Luego sin decirme nada me besó.
- Mañana viajo a Lima, va a haber una movilización en la Plazuela San Martín, trata de que tomemos conciencia este año de mil novecientos noventa y nueve, para no tener problemas a fines de la primera década del nuevo milenio y lamentarnos por el calentamiento global.
- ¿Por qué a todos ustedes lo ven como locos, marihuaneros, ignorantes y vagos?
- Lo de locos nos ven a todos los que tenemos una mentalidad vanguardista y tratamos de llevar ese idealismo al realismo, lo de marihuaneros te aseguro que muchos de los que nos juzgan son los que mas lo hacen, ignorantes; lo dice la gente porque tienen un prejuicio muy fuerte con las personas que nos vestimos diferente y usamos uno que otro accesorio que no es común, que no va dentro del consumismo, y vagos porque para ellos luchar por un mundo mejor es vagar, no es nada productivo ni progresista, para ellos es mas productivo y progresista destruir el mundo, o sea son unos imbéciles prejuiciosos, ja, ja, ja, te pediría que vengas conmigo, pero mañana es jueves y tienes clases, además tus papás se preocuparían.
- No, mis papás nunca paran en casa, me dejan solo y cuando están, sólo discuten.
- ¿En qué colegio estas?
- En uno particular, se llama Cristo Blanco, ahhh, por cierto este año empecé a estudiar música, jamás me imaginé que podría gustarme tanto, tal vez quieras que toque cuando me necesites, para ayudarte.
- Igual no te podría llevar, tienes que ir mañana, y lo de tocar, ya se verá en algún determinado momento.
- Pero me gustaría ayudarte.
- Si, pero mañana no, las cosas se pueden poner feas pequeño.
- Cuando te voy a ver.
- Cuando vuelva, ahora si andando, andando que ya es tarde y debes estar en tu casa, chau.
Voltié para decirle chau y me besó. Al día siguiente falté al colegio, dí una vuelta por la plaza principal con miedo, de que algunos de los amigos de mi papá y mamá me vieran y luego regresé, prendí la televisión, me quede viendo todo el día, al rato llegó mi mamá.
- Hola Juan ¿Ya llegaste del colegio? ¡Estas viendo televisión¡ Después te pones hacer tus tareas, ya sabes yo ya tengo demasiados problemas con tu padre.
- Ya mamá, haré mi tarea.
- Me voy, la comida está en la mesa, tengo reunión de padres de familia y yo como profesora tengo que llegar primero al colegio.
A la media hora que se fue llegó mi papá.
- ¿Hijo como estas?
- Bien papá, estoy bien.
- ¿Te han dejado tarea?
- No, hoy los profes no han dejado.
- Adivina que tengo en la bolsa que esta en mi mano.
- ¡La bolsa es de una juguetería es...¡
- Si, es la colección de dinosaurios que querías.
Fui y lo abracé, me quedé apretándolo, como si quisiera retenerlo para siempre, en el fondo, detrás del regalo, sabía que se iría por su trabajo de abogado, sacó de su billetera un dinero:
- Esta es tu propina. Ahora si tengo que volver.
- Ya van a ser las cuatro de la tarde, ¿No vas a comer?
- Yo ya comí en la calle con un cliente, come tú, de ahí nomás me paso a la oficina, vengo a eso de las diez o nueve de la noche.
- Ya papá, chau.
Me besó en la cabeza y se fue. Puse el canal de noticias del país, mientras miraba los dinosaurios de juguete me preguntaba si algún día desapareceríamos como ellos, por culpa de las personas que no eran como Sandra, hasta que en eso, sale en la televisión, .Movilización en la Plazuela San Martín termina en balacera, miembros de la policía disparan a ecologistas radicales, hay una persona herida que ya fue internada de emergencia en el Hospital del Empleado, su nombre es Sandra Castelly, si hay algún familiar, acercarse a dicho hospital, cogí el dinero que tenia ahorrado de mis propinas y viaje a Lima, jamás había viajado solo, en todo el viaje no podía dejar de pensar en Sandra y en cómo estaría; cuando llegué al hospital no querían que pase, dijeron solo familiares. En eso salió la mamá de Sandra, me dijo:
- ¿Tu eres Juan Carlos? Mi nombre es Claudia Montes, vas a pasar conmigo Sandra no deja de reclamarte ¿Cómo haz llegado?
- Vine solo.
- Tus papás saben o no.
- No, no quiero que sepan mas tarde regreso.
- A que hora vas a regresar ya van a ser las 8 y media de la noche.
- Mira, vas a pasar, pero después llamo a tus papás ¿Entiendes?
- Ya pero déjeme verla.
Entré en una sala, ella tenía el brazo vendado, estaba recostada en una camilla con una bata blanca, tenia inyectado suero en la vena, quería abrazarla, pero sabía que debía tener cuidado, me acerqué despacio.
- Sandra ¿Por qué te hicieron eso?
- No es grave Juan, mañana me dan de alta, estuve pensando en ti.
- Yo también, no quiero que te vuelva a pasar.
- No pasará.
- ¿Cómo sabes?
- La próxima tendré un chaleco antibalas, pero ojalá encuentre alguno que llegue a mis brazos.
Me sonrió, yo trataba de no llorar pero no pude, la abracé muy suavemente.
- Ya no llores mañana me puedes venir a visitar cuando llegue a Huacho.
- Me lo prometes.
- Si Juancito, te lo prometo.
En eso, interrumpió la mamá de Sandra. Hija el muchacho tiene que ir a su casa, Sandra me cogió la mano y luego sin decirme nada me soltó. Le dejé mi número a la enfermera para que se lo dé y salí de aquel cuarto con Claudia.
-No se que tiene mi hija, yo le di una buena educación en el colegio y en la universidad estudio antropología, pero no para que este en esas andanzas, tiene un carácter muy fuerte, por eso se marcho de la casa. Ahora trabaja en lo que estudio, pero parece que le interesa más sus otros asuntos creyendo que podrá cambiar en lago las cosas ¡Dios mío yo no la crié para eso¡
Decía con decepción, mientras caminábamos hacia el teléfono, luego llamó a mis padres, los cuales estaban muy preocupados, les pidió calma y disculpas por el comportamiento de Sandra. Vinieron a Lima a recogerme, ya en el bus rumbo a Huacho, me decían que podía verla pero no muy seguido debido a mis clases.
Al día siguiente les conté a mis amigos acerca de mi especie de heroína combinada con modelo y hippie, los cuales no podían creer que un chico de mis características pudo haber conocido a alguien así. ya llegando a mi casa cogí el teléfono y la llame, me dijo para encontrarnos en playa Hornillos a donde asistí, la vi de lejos, estaba sentada en la arena mirando el mar, no había nadie mas por el invierno y porque ya era tarde, me acerqué, me senté a su lado y me besó.
- Si tus papás supieran que mis labios chocan con los tuyos seguro me matan.
- No se los voy a contar.
- ¿Sabes donde estamos sentados?
- En la arena.
- Estamos sentados en playa sonriente.
- ¿Por qué playa sonriente?
-Porque nosotros a los que llaman radicales, somos como un granito de arena, si los juntamos a todos forman esta playa y sonrientes porque estamos felices de ser como somos.
- Entiendo tu metáfora.
La abracé y puse mi cabeza sobre su hombro, como aun tenia el brazo vendado, sólo apoyó un brazo sobre mis hombros mientras acariciaba mi cara con sus dedos, nos quedamos hasta el morir del ocaso.
- Ya tenemos que irnos Juan, ya es tarde para ti.
- Yo me quiero quedar contigo para siempre.
- Así va ser, pero toda esta semana no puedo, voy a estar muy ocupada, llámame la semana que viene.
- Ya, yo te llamo, me puedo quedar un rato mas contigo.
Me llevó a su departamento y tuvimos relaciones sexuales fue mi primera vez. Pasé el sábado y el domingo pensando solo en verla otra vez, entraba al internet sólo para ver lo que decían de Sandra. Toda la semana no fui al colegio en el horario en que debía estar, me iba a las profundidades de la campiña, así me sentía cerca de Sandra, al mirar la naturaleza que casi no había sido tocada por el hombre, sentía que estaba cerca por lo que ella luchaba. Toda esa semana estuve ansioso, solo por verla, llegado el sábado llame todo el día, desesperado, pero nadie contestaba. No pude dormir esa noche, el domingo la llamé toda la mañana, como nadie contestaba, me tome el atrevimiento de ir en la tarde a su departamento sin avisar, al llegar toque su timbre muchas veces y nadie salía, espere afuera de su puerta hasta que llego su vecina.
- Señora buenas tardes ¿Sabe dónde esta Sandra Castelly?
- ¿Tu nombre es Juan Carlos?
- Si ese es mi nombre.
- Sandra me dejó un encargo para ti, es una carta ahora que entro te la traigo.
Al salir me dio un sobre, abrí y leí la carta que estaba adentro, decía:
Mi amado Juan, siento mucho hacerte esto, pero me tengo que ir de la ciudad, fuiste alguien importante en mi vida, te extrañaré, te amo.
Sandra Castelly
- ¡Cuando le dejó esta carta señora¡
- Fue el viernes en la mañana.
Salí corriendo hacia mi casa, al llegar cogí el teléfono, marqué el número de informes y logré ubicar a su madre quien me dijo que Sandra le comunicó que iba a viajar y no le iba a decir a dónde iba ni cuándo volvería, estuve pensando mucho, como hacer para encontrarla, pero ya exhausto de pensar terminé en mi cama llorando, mis padres me consolaban pero no era suficiente, entre en una depresión muy grave, me llevaron al psicólogo, pero seguía triste me dieron sedantes durante tres semanas, por lo cual no fui al colegio, después que dejé los sedantes, me dijeron que podía volver a clases, a veces iba a veces no, sin que mis padres supieran volví a frecuentar las profundidades de la campiña, eso y mis estudios de música me hacia sentir mejor, estuve así un bimestre sin ir a clases, ya faltando el último bimestre me puse al día en los cuadernos y en la tarjeta de notas de calificación, terminé el año aprobando, luego llegó el verano y todos los chicos iban a la playa, salían a hacer deportes entre otras diversiones pero yo ya no era el mismo, no hacia lo que los demás, al empezar el colegio, nuevamente no me interesaban ya los cursos, sólo los aprobaba para terminar el último año escolar, ni siquiera fui a mi fiesta y viaje de promocion, ya en ese entonces me interesaba leer acerca de filosofía vaisnava, budista, rasta, tantra, anarquismo, socialismo, comunismo, hippiesmo y todo tipo de filosofia que no estaba acorde del sistema o/y cultura de la sociedad, estudié de manera profesional música, me dedique a viajar y experimentar en la práctica lo aprendido, en la teoría filosófica me volví gradualmente en activista contra el sistema y la cultura establecida, al terminar mi carrera me independicé, así la pasé desde que terminé el colegio. Hace poco, el diecisiete de mayo hice una fiesta en casa de mis padres por haber cumplido veintisiete años, esa noche me pasó la voz mi madre diciéndome que alguien me llamaba por teléfono.
- ¿Aló con quien hablo?
- Feliz cumpleaños, ojalá te acuerdes de mi, soy Sandra Castelly.
Sentí como si un muerto hubiese vuelto a la vida.
- ¡Oauuu, Sandra Castelly, la chica que conocí hace doce años atrás¡ Hola como sabías que era mi cumpleaños.
- Tu mamá me dijo al momento que llamé, no fue fácil contactarme contigo por cierto.
- Increible, Sandra dime donde te encuentras.
- Acabo de llegar de España hace unos días, me encuentro en Lima en casa de mis padres.
- Si, hace un par de años escuché de ti en la televisión que estabas en España, fomentando una movida en contra de la peletería y fomentando el vegetarianismo.
- Si he estado en esas, mañana viajo a Huacho para visitarte te parece bien.
- Claro, te parece si nos encontramos en playa Hornillos a las cuatro de la tarde.
- Ahí estaré, sigue festejando, chau.
- Ok Sandrita, entonces mañana nos vemos, chau.
Al día siguiente nos encontramos como habíamos quedado, hicimos una pequeña pausa de silencio mientras nos sentábamos en la arena mirándonos a los ojos, para luego colocarnos frente al mar.
- Hola Sandrita, no haz cambiado mucho.
- Tu si haz cambiado un poco Juan, ya no eres tímido, estas más alto, tienes un tatuaje en el brazo, piercing en la ceja, cabello largo, pero sigues con la misma cara de niño bueno, ja, ja, ja, y pensar que yo tenía tu edad cuando me conociste.
- Si, ya paso doce años ¿Estuviste en España todo este tiempo?
- No las noticias informan mal, muchas veces estuve en Alemania, India, Hungría , Estados Unidos, Cuba, Tailandia, Escocia, Dinamarca, Holanda, pero en España fue mi punto central de trabajo, viajé mucho estos doce años, siempre por apoyar el movimiento contrasistema, contracultural.
- Y dime, que ha quedado o ha desaparecido de la Sandra que conocí en mi adolescencia.
- Ya no soy la chiquilla loca de veintisiete años, impulsiva, ahora tengo treinta y nueve años, y soy más cautelosa para hacer los asuntos del movimiento.
- Y pensar que no te hubiese conocido si no le hubieses tirado una pedrada a un carro de la policía, es algo irónico a estas alturas.
- A estas alturas ¿Porque lo dices?
- Porque hace seis meses atrás, le tiré una pedrada a la Casona Cultural de esta ciudad, ja, ja, ja, ojalá no existan mas piedras, porque nos vamos a bajar toda la ciudad ja, ja, ja.
- Ja, ja, ja, que loco, dime Juan que ha sido de tu vida.
- Soy músico de rock alternativo, vivo y toco en Lima, tengo una sala de ensayo en el distrito de Chosica, ahora también soy activista contrasistema y contracultural, viajo constantemente para poner en práctica los conocimientos de filosofía oriental entre otros.
- ¿Te haz casado, haz tenido hijos Sandra?
- Estuve a punto de casarme cuando tenía treinta y dos con un chico de veintinueve, pero no funcionó, en cuanto a lo de hijos me diagnosticaron que no puedo tener, es mejor así.
- Sandra, jamás entendí por qué no me diste explicaciones cuando te alejaste de mi, si que me hiciste sentir mal en esos tiempos.
- Mira Juan, tal vez mis disculpas estén fuera de tiempo, de no ser así, disculpa, te explico, me fui sin avisar porque recibí una llamada amenazándome, dijeron que si no dejaba Huacho iban a lastimar a mis seres queridos, entre ellos tú, no te lo dije para no asustarte, recuerda que eras adolescente, estuve en Lima viviendo con una amiga, luego se presento la ocasión de viajar a España por el movimiento, viajé y así pasó.
- Manya, jamás me lo hubiera imaginado. Sandra, ¿Sabes dónde estamos sentados?
- Mmm, a ver dímelo tú.
- En playa sonriente.
- Es increíble que aun te acuerdes después de doce años en esta misma playa, sin gente como a estas horas, recuerdo que te besé y ya saliendo tuvimos relaciones en ese entonces en mi departamento. La besé y luego fuimos a un hotel y tuvimos relaciones sexuales, nos quedamos conversando hasta tarde, luego quedamos en salir a una discoteca, la pasamos muy bien, ya casi al amanecer.
- Juan tengo que irme a descansar, mañana regreso a Madrid te dejo mi correo electrónico, mi dirección de España, mi teléfono de allá , y mi número de celular.
- Sabes, yo de aquí unos cuatro o cinco años viajo a España para seguir mis estudios de música allá, tal vez nos volvamos a ver, todo es posible.
- Si Juan, todo es posible.
La besé y me despedí de ella. Fabiana, te cuento esto porque es curioso, Sandra se fue a España y a la semana apareces tu, presentándote de la misma manera, en las mismas situaciones, las edades y todo muy parecido, como yo cuando conocí a Sandra, ya te conozco hace treinta días y espero no dejarte como Sandra me dejo a mi cuando era adolescente, bueno si te dejo eyaculare un cuento de todo esto que pasó.
- ¿Eyacular un cuento?
- Quise decir escribir un cuento, desfogar mis emociones escribiendo un cuento. Soy escritor y a veces hablo en metáforas.
- Mira, yo no soy escritora, así que te digo directamente que a mi no me gustaría leer ese cuento.
- A mi no me gustaría escribirlo.
- Pero me gustaría que eyacules dentro de mi, salgamos de tu sala entremos a tu cuarto.
- Ok, vamos.